domingo, 17 de agosto de 2008

la envidia de sartre

visible a ojos despiertos
los deseos del fondo del alma fueron:
para ellos, las caricias,
para ellas, sonrisas por cuerpos tercos.

qué hacer cuando se intenta.

y no se puede.
y el querer nos gana la partida.

sólo deseos que ya hoy comprendo.


1 comentario:

Unknown dijo...

te posteo aquí para decirte que si el vecino tiene intenciones que no mire por el balcóon y baje a llamar a la puerta no?