una de las cosas que más disfruto cuando no voy a clases, aparte de dormir hasta mediodía, es esperar a que julia llegue del colegio. su padre, mi compi de piso, siempre la busca por la tarde y la trae a casa un par de horas; luego ella se va con su madre.
resulta que siempre que la veo me pide con su acento mezclado entre español y francés que nos pongamos a dibujar para luego colgar sus obras en mi escritorio (evidentemente ,lo primero que pintamos fueron unas estrellas, lo siguiente, mariposas de su república personal)
así que hoy mientras me duchaba encontré la excusa perfecta para no ir mañana a la facultad, me quedaré aquí y en cuanto llegue la peque nos pondremos manos a la obra con cientos de corderos, flores y alguna que otra caja de protección.
terminaremos en el sofá comiendo galletas y leyendo el principito.
resulta que siempre que la veo me pide con su acento mezclado entre español y francés que nos pongamos a dibujar para luego colgar sus obras en mi escritorio (evidentemente ,lo primero que pintamos fueron unas estrellas, lo siguiente, mariposas de su república personal)
así que hoy mientras me duchaba encontré la excusa perfecta para no ir mañana a la facultad, me quedaré aquí y en cuanto llegue la peque nos pondremos manos a la obra con cientos de corderos, flores y alguna que otra caja de protección.
terminaremos en el sofá comiendo galletas y leyendo el principito.
4 comentarios:
No te olvides de hacerle unos agujeros a la caja...
Así yo tampoco iría a clase, creemé.
tus encuentros con julia son momentos para atesorar, bañarte con su candidez es un regalo para tu alma.
t.q.
Vayamos por Gran Via con ropa clarita, un lapiz y un papel.
Paremos a diferentes tipos de personas pidiendole con carita de pena "Por favor, dibujame un cordero"
Tierno.
Y lo mejor de todo, es presentarle al principito...
Besos.
Publicar un comentario