martes, 23 de junio de 2009

el humo de los cigarros jamás encendidos

despertó perdida la muerte en mis brazos,
con el pesar descompuesto de los días y horas,
con la calma sudada entre sus besos
y el roce del viento chocando las olas.

despertó sedienta de sangre,
del rencor de las personas,
como vicios destemplados,
monumentos a tu honra.

abrió los ojos de repente,
sentí mi alma entre su boca,
sacudió las fauces de este ghetto,
que unos llaman y otros cobran.

esta noche mientras duerme todos vamos a la horca.

1 comentario:

Alejandro Marcos Ortega dijo...

Sé que me has echado mucho de menos por aquí. Intuyo que por eso estás más melancólico ultimamente. Pero ya he vuelto!!! Me gusta el nuevo llok de tu blog, eres un artista, espero que lo sepas :)