de amargas sonrisas
de los besos que no dimos
una angustia perenne: el devenir,
siempre ausente,
cuando se cree amado, la ilusión se agota,
se agota la noche.
empieza otro día y el éxtasis con él renace,
un zumbido de abrazos,
una guerra de besos,
una sonrisa aparcada.
entre dos almas.
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